Acordes;

 Los primeros acordes envuelven la mente formando la esencia de un cuerpo que antes no estaba en la estancia, y ahora se perfila sonriente, aunque expectante. Esperando un paso que parece no llegar nunca…  

 

Conozco esta escena, he estado aquí antes. Ya he bailado esta pieza…

 

La melodía juega a atraparme pero siempre sin acierto, no parezco estar en su mismo reino…y mi andar es denso y acristalado, como lleno de pasajes de historia no permitidos por el anfitrión: una mujer que, a media luz, tarda en decidir su disfraz, su máscara; más triste, más neutra… una mujer que jamás perdonará que yo exista a su misma vez.

 

Su frío interno abrasa lo que quiera que sea entre estas notas, convirtiéndome a su capricho en desdicha y malos versos; recortes de claves de sol entre cuerdas de un herido pentagrama.

 

Y ella recostada, cruel e inmóvil, esgrimiendo una copa de vino oscuro, mira el teléfono mientras tararea sin ritmo ni tono la que deduzco, debe ser la misma canción que de fondo envuelve la trama en la que habito en estos retazos de tiempo. Los escasos momentos en que aún existo para ella. Aunque por odio sea,…que siga siendo.

 

Recuerdos, solo eso, un anclaje en el anhelo perdido de una sinfonía que aflora el reencuentro, inhibido por la ira. Heridas abiertas entre cinco líneas pintadas de un libreto ya venido a menos.

 

Pero la pieza acaba y yo desaparezco…

 

Me desvanezco. Porque recuerdos soy entre suspiros llorosos que tratan de terminar una canción terrible… recuerdos soy, y solo soy eso…